domingo, 11 de diciembre de 2011

ESPERAMOS A NUESTRO REY, EL PRINCIPE DE LA PAZ

Cada año hacia noviembre diciembre nos da por regalar cosas y recibimos también regalos de otras personas. En el fondo de este fenómeno curioso está lo sucedido en la primera Navidad de la historia cuando un Dios quiso darse Él mismo como regalo en un pueblito llamado Belén. Ese Niño Dios, envuelto en pañales, que probó por primera vez el frío de nuestro mundo y que quedó cautivado por primera vez por la sonrisa de su mamá, ha sido y seguirá siendo el mejor regalo que todos los seres humanos de todas las épocas recibimos.
Así funciona nuestra fe: primero recibimos de Dios muchos dones y regalos y estamos llamados a darle regalos y dones a Él y a cada prójimo. La actitud de quien sólo quiere recibir regalos y no dar nada, la actitud de quien quiere que otros se le entreguen y él no está dispuesto a entregarse, es la raíz de todos los problemas del mundo.
Vivir la Navidad al estilo del Niño Dios es convertirse en regalo para los demás. Que esta Navidad sea una pequeña muestra de que queremos al Niño Dios. De que queremos vivir nuestra fe. De que queremos dar gratis lo que gratis hemos recibido. De que queremos dar y no sólo recibir. De que queremos cambiar el mundo de la mano del Niño Dios…
Siglos antes de la venida del Niño Dios, el profeta Isaías anunciaba:
“Porque un niño nos ha nacido, un hijo se nos ha dado; le ponen en el hombro el distintivo del rey y proclaman su nombre: «Consejero Admirable, Dios Fuerte, Padre que no muere, Príncipe de la Paz.»
¡Príncipe de la Paz! Hoy nuestra ciudad y nuestro El Salvador y el mundo entero sufren por la inseguridad. Hoy más que nunca necesitamos al Niño Dios, Príncipe de la Paz. Hoy más que nunca nos toca contagiar la paz que nos viene del Niño Dios. Porque la paz que nos quiere regalar el Niño Dios se instala en el fondo del corazón. La paz que nos da Dios no puede depender de alarmas sofisticadas ni de guardaespaldas entrenados en Irak. La paz de Dios no es sólo ausencia de llamadas anónimas alarmantes o de retenes. La paz de Dios es más profunda. Ninguna tragedia le puede arrebatar la paz a quien se sabe en las manos del Príncipe de la Paz.
Aceptemos el regalo de la paz del Niño Dios y contagiémosla a los demás. La paz del Niño Dios que es la paz del alma, de la conciencia, de la misericordia, del perdón mutuo, de la caridad cristiana, de la alegría cristiana en medio del dolor, del dar sin esperar nada a cambio.
Querido Niño Dios, regálale tu paz a cada niño, a cada joven, a cada adulto y a cada anciano. Querido Niño Dios, regálanos tu paz. Mamá del Niño Dios, María, sigue cautivando con tu sonrisa a tu hijito Príncipe de la Paz y contagia tu sonrisa a todas las mamás, porque donde hay una mamá que sonríe a su hijo ahí hay un pequeño príncipe de la paz. Que Dios niño nazca en el corazón de cada hombre, para que asi tengamos una civilización según el corazón del niño Dios.

DOMINGO III DE ADVIENTO

SAN JUAN 1, 6-8. 19-28

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venia como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz. Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran:
¿Tú quién eres?
El confesó sin reservas:
Yo no soy el Mesías.
Le preguntaron:
Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?
El dijo:
No lo soy.
¿Eres tú el Profeta?
Respondió:
No.
Y le dijeron:
¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?
Contestó:
Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor" (como dijo el Profeta Isaías).
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron:
Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?
Juan les respondió:
Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, que existía antes que yo y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

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Cristo vino hace veinte siglos. No obstante todavía no lo hemos decidido conformar nuestra conducta con su doctrina salvadora y santificadora; aún no estamos identificados plenamente con Él. Por todo esto, el misterio de Navidad debe suponer para nosotros una revisión auténtica y profunda de nuestra vida y conducta de la luz de Cristo.
En la liturgia de hoy san Pablo nos habla de la verdadera alegría del cristiano, y es realmente el gozo de ser de Cristo y para Cristo, y solo puede consistir en la renuncia al mal y en la fidelidad amorosa al Espíritu de Jesús. Tal es la voluntad del Padre para nuestra salvación.
La alegría del cristiano consiste en comprobar la continua presencia amorosa y solícita de Dios en la propia vida, y en reconocer la posibilidad de responder por la gracia a su amor. 

domingo, 4 de diciembre de 2011

VALE LA PENA, ESTO ES PARA REÍRSE

ES PARA REÍRSE, PERO TEN CUIDADO CON ENTREMETERTE EN EL SHOP!!!!

DOMINGO II DE ADVIENTO

Evangelio, Mc 1,1-8:
 
Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Conforme está escrito en Isaías el profeta: «Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas».
Apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para el perdón de los pecados. Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
Juan llevaba un vestido de piel de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre. Y proclamaba: «Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa de sus sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo».

 
"Preparad el camino del Señor", allanad, reparad las calles, tenedlo todo a punto para el gran momento en el que el Rey divino, Cristo, el Señor, quiera entrar en la ciudad, en las almas. Durante el adviento debemos vivir más conscientes, profunda y fielmente unidos a la comunidad de la Iglesia. Debemos ser una sola alma. Debemos tener todos un solo corazón, una sola fe, una sola esperanza, un solo amor, una sola oración, un solo sacrificio.
Preparadle el camino al Señor. Juan fue el heraldo de Cristo. Toda su vida fue un grito de alerta contra nuestra inconsciencia y nuestra irresponsabilidad. !Preparad los caminos del Señor... reformad vuestras vidas¡ !Abrid vuestro corazón al Corazón sacratísimo del Redentor¡     Sacerdotes y seminaristas

sábado, 3 de diciembre de 2011

SAN FRANCISCO JAVIER, GRAN INTERCESOR

Decía un buen amigo que para ser divinos hay que ser muy humanos y creo que el ejemplo más claro lo tenemos en los santos, hombres y mujeres, que han pasado por este mundo y que en medio de las dificultades diarias han sabido vivir una vida heroica, buscando a Dios en su diario vivir.
Hoy celebramos a san Francisco Javier, un gran santo del s. XVI, patrono de las misiones, que con su ejemplo de vida y su predicación nos mostró como se tiene un encuentro cotidiano con Cristo "Desde que he adquirido algún conocimiento mío –nos dice-  procuro poner en Dios toda mi esperanza y confianza".
Que con la ayuda de los santos, logremos tener un mundo cada más humano, para poder encontrarnos día a día con el amor infinito de Dios.

jueves, 24 de noviembre de 2011

"MIENTRAS QUE EL HOMBRE OLVIDA FÁCILMENTE, DIOS PERMANECE FIEL".


"La memoria se convierte en fuerza de la esperanza. La memoria nos dice: Dios existe, Dios es bueno, su misericordia es eterna. Y así la memoria abre hasta en la oscuridad de un día, de un momento, de un camino hacia el futuro: Es la luz y la estrella que nos guía. También tenemos un recuerdo del bien, del amor misericordioso y eterno de Dios".

A través del Salmo 135, el himno de alabanza a Dios que se cantaba tras la cena de Pascua y que probablemente recitó también Jesús en la Última Cena, les invitó a proclamar las maravillas que Dios ha hecho a lo largo de la historia de salvación, respondiendo a modo de letanía con el motivo de la alabanza: "Porque es eterna su misericordia".

"La historia de Israel está atravesada por momentos de alegría, de plenitud de vida, de conciencia de la presencia de Dios y de su salvación, pero también está marcada por episodios de pecado, por periodos de penosa oscuridad y de profunda aflicción. Y han sido muchos los adversarios de los que el Señor ha liberado a su pueblo". 

En el salmo se recuerdan estos acontecimientos, en especial el exilio en Babilonia, con la destrucción de Jerusalén, "cuando Israel parecía haber perdido todo, incluso su propia identidad, también la confianza en el Señor. Pero Dios se acuerda y libera. La salvación de Israel y de todos los hombres está ligada a la fidelidad del Señor".

"Mientras que el hombre olvida fácilmente, Dios permanece fiel: su memoria es el cofre precioso que guarda esa 'misericordia eterna' que canta nuestro salmo".

"Si hoy estoy en la oscuridad de la noche oscura, mañana Él me liberará porque su misericordia es eterna".

Les invito a ver la creación como "un gran don de Dios del cual vivimos, en el cual Él se revela en su bondad y en su grandeza. Y por tanto, tener presente la creación como don de Dios es un punto que nos une a todos".
Además que con la creación, Dios se manifiesta en toda su bondad y belleza, se compromete con la vida. Y este amor eterno de Dios implica "fidelidad, misericordia, bondad, gracia, ternura".

El salmo concluye recordando que Dios da alimento a todas las criaturas, "cuidando la vida y dando pan. (…). En la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios se hace hombre para dar la vida, para la salvación de cada uno de nosotros, y se entrega como pan en el misterio eucarístico para hacernos entrar en su alianza que nos hace hijos. A tanto llega el amor bondadoso de Dios y la sublimidad de su 'eterna misericordia'".

miércoles, 16 de noviembre de 2011

DE LO MAS MATERIAL PODEMOS IR A LA DIVINIDAD


"SOLO SI PERFECCIONAMOS LAS COSAS MAS MATERIALES DE ESTE MUNDO PODREMOS ENCONTRARNOS PLENAMENTE CON LAS DIVINAS".